El advenimiento del diseño paramétrico ha traído a los arquitectos nuevas capacidades de trabajo: formas, asoleamiento y texturas visuales son solo algunas de las maneras en las que la tecnología ha impactado las estructuras. Pero quizás su más noble función es su habilidad para optimizar estructuras, especialmente a través de plegar delgados y rígidos materiales. Ésta es la función que el arquitecto Tal Friedman ha escogido para explorar en su Pabellón Origami.
Compuesto de solo ocho láminas de aluminio, Friedman se inspiró de las clásicas técnicas de pliegue de papel para crear el algoritmo necesario para mejorar el uso de la rígida superficie del aluminio. El resultado es una cubierta autosoportante compuesta por pliegues, dando a la superficie una estética sin costuras.